martes, 5 de febrero de 2008

GARDEL : ¡ Más francés que nunca !


Hoy: “EL INCENDIO" - Arturo de Bassi - Típica Criolla Greco (1911)
Las últimas reflexiones del investigador Juan Carlos Esteban publicadas en Gardelweb, han calado hondo en el sentir de los verdaderos gardelianos que conocen su probidad,

Evidentemente no sucedió lo mismo con los “chicos” que defienden la ridícula fábula del “origen tacuaremboense de Carlos Gardel” que, como siempre, están al acecho de cuidar sus versiones deformadas, de manera que las mismas continúen pareciendo serias.

Después de haber matado o hecho desaparecer a todo personaje que le molestaba para el sostén de su opinión y de haber dicho – sin pruebas - que hojas de documentos oficiales o semi oficiales se perdieron o fueron arrancadas por una mano misteriosa, ahora nos ilustran al mejor estilo del diario "Crónica" y situando la acción en Montevideo , dicen que "no existen registros de arribos de esa época porque fueron destruidos por un incendio”

Rara premura la utilizada para contestar “cualquier cosa” y así enredar conceptos, para continuar no diciendo nada probado y para insistir en querer “vendernos” que un fulano dijo haber visto una fecha en una foto, dato que luego fue borrado o se tornó ilegible.

Pero abandonemos esas fanáticas actitudes y sumerjámonos en el mundo de las realidades y recordemos que “un artista que se precie jamás delata su edad” y que Carlos, bromista por excelencia, no fue una excepción a la regla. Lamentablemente esto, como tantas otras cosas, nunca quiso ser entendido por sus biógrafos uruguayos y así les fue. Hoy ya nadie les cree. Y claro con las cosas que dicen ¿Cómo se les puede creer?

Siempre inventaron o jugaron de contragolpe. Sucedió que Carlos, con dos testigos amigos que permitieron se confunda un Departamento con una localidad, se presenta ante el Consulado Uruguayo en Buenos Aires y se declara nacido en Tacuarembó en 1887. Eso sí, Carlos que es el único interesado genuino del acto falaz, mantiene su nombre, cambia la vocal final de su apellido, y deja el día y el mes de nacimiento registrado en Toulouse.Ahora bien, como esto no conformaba el amor propio oriental, exactamente, 47 años después de aquella declaración, “Avlis” se cree obligado a corregir la fecha, solicitado el peritaje de la Jefatura de Policía sobre una fotografía del 16 de junio de 1915 se dictamina como si fuera una ciencia: Edad - 32 a 38 años. Entonces Avlis promedia 35 años y “resuelve que Gardel nació en 1880 (“El Gran Desconocido – Avlis – pág. 61 – año 1967). Esto lo determina Avlis, porque según lo establecido por la policía, no se sabe como, bien podría haber nacido en el año 1877 y todo hubiera estado bien.

¿Y después de cometer atropellos como estos, hablan de investigadores serios?
Ahí no termina la cosa, pues el mentado periodista y autor de letras de tango, en la página 95 de su libro se olvida de lo dicho respecto del “Peritaje Policial” y sentencia: “Gardel nació el 21 de Noviembre de 1881 y en las últimas horas de la noche”, según le confió Tomasa Leguisamo, su amante fugaz con quien engendraron a Ireneo.... Treinta años después Nelson Bayardo, arquitecto, aficionado a las fábulas y "figura de prestigio" (?), se cree obligado a dar su propia versión del año de nacimiento, sospechando que las fechas que inventó Avlis habían pasado al olvido. Según Nelson “El niño había nacido a fines de 1883 corrige en “A la luz de la historia” (pág, 34), año que ya había anticipado en la pág. 74 de “Dos Rostros para Gardel”. Sin embargo es tanta su seguridad histórica que lo vuelve a ratificar: "Había nacido en 1883", ver página 250 de "Tango, de la mala vida a Gardel", (editorial "Aguilar"), como declaración póstuma y por lo tanto inapelable. Como se aprecia, todo muy serio y en especial, “muy documentado”. Pero el tiempo deparaba a los gardelianos otra sorpresa. Un diplomático de carrera, a ratos intelectual y poeta, desautoriza a los atribulados “historiadores” y también al famoso Certificado de Nacimiento que portaba Gardel: “Hurgando sobre el enigma”,concluye Enrique Estrázulas, que “tan misterioso fue su paso por la vida que ignoramos su edad exacta y su brumosos orígenes”. (sic)No sabemos como pudo descubrir, sin embargo, que fue un “11 de diciembre en una Estancia – precisamente “Santa Blanca” – en el valle EDEN, pero de un año incierto” , Ver “El País Cultural” número 840 del 9 de diciembre de 2005. Mientras tanto, un nuevo golpe de tuerca, nos instala porfiadamente en la incertidumbre y el enigma. A la generación de "adivinos" le sucede una descendencia que para diferenciarse comienzan a "timbear" las fechas -1885, 1887- con el objeto de aproximarse y desnaturalizar las fotografías y los documentos que los ponen en ridículo. Reclaman para si el patrimonio de la verdad sobre la fecha de nacimiento del "indocumentado".

Y para hacer más confuso el entuerto un filosofo de feria nos aclara que: "La lógica tradicional (?) ofrece proposiciones unidas por contrariedad", con lo que termina desconcertando al mismísimo Escayola, satisfecho de su impensada celebridad póstuma...

Pero pasa el tiempo y la Partida de Nacimiento) no aparece o no se animan a tanto, entonces reviven los incendios, los robos de hojas, et. etc. Nada es serio en su historia.

Y como alguna vez dijo Enrique Gómez Carletti: “Ante semejante "aquellarre" o festival de fechas, porqué no tentarse con la de Avlis, quien se ganó el procerato, con una calle que lleva su nombre y a quien Bayardo -Padre de la Historia- del "indocumentado" le dedico su libro más indigestible.”


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