GARDEL: FALSEDAD DOCUMENTARIA
MANEJABA CON FALSA DOCUMENTACIÓN
La "copiosa documentación que avala" la orientalidad de Carlos Gardel, ha salido a relucir, con nuevos bríos .
Ciertos personajes han hecho de ella un balance comparativo, como de costumbre, arbitrario, donde se han olvidado de contabilizar, en el "HABER" los once Items que enumeramos, el 11 de enero de 2009. en GardelWeb.com.
En efecto, en el articulo "El Adneismo como forma de Oportunismo" se contabilizan, taxativamente, la documentación legal que respalda el origen francés de Carlos Gardel .
Sin embargo, para los “uruguayistas” no existe y prefieren olvidarla. De tal manera, que no cabe otra, que ponerlos en evidencia, eludiendo, al mismo tiempo, la polémica que los exculpe y los legitime.
Porque, convengamos que a ellos no los obsesiona, sostener la razonabilidad, sino la permanencia y la notoriedad. En eso consiste el negocio que le encomendaron. Mantenerlo, permanentemente, en los primeros planos
De muestra, basta un botón. Fueron corridos, hace 9 meses del Parlamento, apoyado por nuestra documentación, a raíz de la fábula de la "Escuelita" montevideana.
Pues, ¿Como reaccionaron? ¿Que reactualizaron, en reemplazo, de la interminable Calesita?
Nada menos que volvieron a reciclar el añejo y sepultado tema de la abultada "documentación", donde figura como uruguayo. Ya sabemos que todos esos instrumentos, son múltiplos del "Salvoconducto" de 1920, que caducó al año de emitido.
En ningún caso, son producto de la matriz de una Partida de Nacimiento, originada en Registro Civil alguno. Pero, cual “Jesucristos”, se empeñan en multiplicar los panes bíblicos.
¿ Que pretenden? ¿Que los convencería?
Seguramente, que Gardel portara un contra documento, en que constara algo así como: "Soy francés, pero, en realidad, para la "gilada" me hago pasar por uruguayo y luego, por supuesto, llevarlo a Certificar ante Escribano Público."
Naturalmente, nunca les quitó el sueño que haya renegado de su "patria" oriental, sin justificación valida, para "reconvertirse" y sentir como genuino Ciudadano Argentino.
La aglomeración de "documentos" que amontonan, como si fueran diferenciados y de distinto origen y procedencia, en realidad, todos juntos, suman CERO. Porque, en VERDAD, el Certificado Perecedero de 1920, nunca fue válido para otros fines, salvo, exclusivamente, para lo que lo autoriza la ley - AUXILIO Y PROTECCIÒN - del Ciudadano, previamente inscripto en el Registro Civil, que acreditara su verdadero nacimiento en Uruguay. Todo ello además, mediante la comprobación que exige el Artículo Nª 79.
Los demás documentos, de los que se ufanan en sumar. no son más que vástagos, nacidos de sus entrañas, sin entidad independiente.
Esperemos expectantes, la próxima vuelta de sortija, a ver què Capítulo de la fábula les tocará exhumar, para mantener latente el interés turístico que alimente el Presupuesto de Tacuarembó
Juan Carlos Esteban
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