jueves, 24 de septiembre de 2009

GARDEL, LUCIANO LONDOÑO Y LA INCONSECUENCIA


Hace ya más de 20 años, el Sr. Luciano Londoño Lopez, escribió, en Cartas de Lectores del Diario Argentino "CLARÍN", sus célebres "CATILINARIAS" destinadas a reclamar el apoyo y la recordación a la memoria de Carlos Gardel.
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Más que reclamos, eran recriminaciones por la desidia de las Autoridades de nuestro país, por no estar a la altura de las circunstancias, en relación a los merecimientos y la envergadura del cantor, orgullo de nuestra América y de su Francia natal.
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No estamos fabulando. Repetimos sus categóricas afirmaciones del 22 de junio de 1985.
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Nos amonesta con esta rotunda afirmación:
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" EN PARÍS, MÁS PRECISAMENTE TOULOUSE, EN DONDE NACIÓ Y SEGURAMENTE CON EL PATROCINIO OFICIAL SE HA PODIDO RECIBIR HACE MESES A PIAZZOLA; A LA ORQUESTA MUNICIPAL DE BUENOS AIRES; AL SEXTETO MAYOR A OSVALDO PUGLIESE, ETC."



En un intelectual de fuste como presume, a través de solemnes recomendaciónes, debe colegirse que, sus conclusiones, fueron fruto de profundos estudios documentales.
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Nadie puede aventurar que, tal conclusión, en Londoño, obedece a un acto de superficialidad y pasatismo.
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Sus lauros y homenajes deben haberse dicernido a lo largo de su trayectoria consecuente, en sostener, con firmeza, el resultado de su seria contracción a la investigación de nuestro máximo rapsoda.
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Sin embargo, pese a sus pergaminos y sin que mediara un proceso de profunda auto- critica, apoyada en un copioso e incontrabertido aporte documental, el laureado catedrático, mudó de opinión, sin decir agua va.
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Hoy es una de los más empinados defensores de la fábula oriental.
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Pero, lo más curioso es que, en su giro copernicano, no hemos podido conocer cual es su verdadero aporte innovador, que lo apartó de su postura primigenia y lo depositó para repetir el fabulario de los apóstoles de Tacuarembó.
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Desde el 22 de junio de 1985, donde nos reprendió por no homenajear a Gardel, como ocurrió en Toulouse, - su ciudad natal -, han transcurrido muchos años, sin aportes históricos que avalaran y reforzaran a su afirmación inicial, que hay que destacar como una verdadera y valiente, contribución científica.
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Pero, con los años aparecieron, en ayuda de la ya célebre afirmación de Londoño Lopez, estudios de envergadura científica ,como los de Simón Collier, profesor de Historia de la Universidad de Essex; una verdadera Enciclopedia Gardeliana de Osvaldo Barsky, Investigador del CONICET, y profesor Universitario; Guada Aballe, de alto rango en el Magisterio, especializada en la escolaridad de Gardel; M.A. Morena, con su Historia insoslayable y la profesora Tolosana Moniqué R. de Saint-Blancat, etc.
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Todos ellos parecen haberle provocado un estímulo adverso.
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Sin abrir juicio sobre su valores profesionales específicos, Londoño López me produce un profundo desengaño, por desdeñar una autocritica previa que lo redima

Juan Carlos Esteban

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domingo, 13 de septiembre de 2009

CARLOS GARDEL Y PAUL J. LASSERRE: “TIPÓGRAFOS”


Es común encontrar en las páginas de Internet que los seguidores de Avlis, Bayardo y Gónzalez Paysée, cubren con sus fábulas, un reportaje que el periodista Segundo Bresciano le efectuara a Gardel en junio de 1930, y que el diario EL DEBATE de Montevideo reprodujo el 1º de Julio de 1935.

Ese reportaje ha sido publicado en "Gardel el Oriental" y utilizado, por sus periodistas para sacar infinidad de conclusiones a favor de su presunta orientalidad; pero en su atropellado empeño en fabular, se precipitan en un mar de contradicciones que al final, se vuelven en su contra.

Vamos a reproducir parte el diálogo que se genera entre Bresciano y Carlos Gardel porque no tiene desperdicio:

Bresciano le pregunta: – “¿De qué nacionalidad eran sus padres Gardel?”
Gardel responde: - Eran “Franceses”
Bresciano vuelve a preguntar: - "¿Dígame la profesión que ejercía su padre?”
Gardel responde: - "Era TIPÓGRAFO. Tenia una imprenta".

Ni lerdos ni perezosos, los cronistas orientales desechan la categórica y franca declaración de Gardel, donde anticipa lo que iba a documentar luego en su testamento, acerca de su origen.
Ensayan, en cambio, una justificación pueril en cuanto a la primera y reveladora declaración de su ascendencia francesa y se lanzan a fabular respecto del último tramo de la respuesta.

Proclaman: “Carlos Escayola era dueño de una imprenta en Tacuarembó". Pero se olvidan que éste señor, de francés no tenia nada y menos que su profesión era codearse con la tinta de imprenta.
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Y luego agregan, respecto al negocio : - “Clelio Oliva, hermano de María Lelia Oliva, era su director. ¿Simples coincidencias?”

¿Coincidencias forzadas? o fabulaciones sin sustento, decimos nosotros.

Señores, saquen sus conclusiones.

Ahora estamos en condiciones de contestarle a los cronistas orientales, sin entrar en mayores detalles, que los desmientan.

Efectivamente, la interpretación interesada que ellos dan al tema, no es una simple coincidencia, sino una falsa manipulación de su parte.

En efecto, Carlos Gardel no mintió cuando aseveró que sus progenitores eran franceses y que su presumible padre “tenía una imprenta”. (1)

No nos vamos a detener en la figura de doña Berta, su madre biológica, cuyo francesismo está enteramente probado, pero sí vamos a dar pruebas exactas (no meros comentarios), acerca de una, hasta ahora, desconocida actividad de Paul Jean Lasserre.

Antes debemos consignar que la presumible paternidad, hasta ahora, no documentada, aparece por declaraciones de Bertha Gardes, el 6 de junio de 1936, en la "LA CANCIÓN MODERNA" N° 429, donde muestra el retrato de Lasserre, bajo otra identidad, que medio siglo después, pudimos cotejar con su existencia e identidad real en los archivos tolosanos.

Por otra parte, una conocida cronista del Sitio oriental al que hemos hecho referencia, refrenda esta situación, acotando que "El Señor de la fotografía se llamó Paul Lasserre y nunca se casó con Berta, no reconoció al niño como suyo, etc.”

Pero volvamos a la segunda afirmación de Gardel, en cuanto a la profesión paterna, -paternidad probable- que liquida una de las tantas leyendas.

Según una investigación, en plena elaboración, llevada a cabo por Monique Ruffié de Saint-Blancat y Georges Galopa - prestigiosos estudiosos tolosanos - , podemos difundir con su autorización, el siguiente fragmento, inédito de su último trabajo, que cuando ellos lo dispongan lo darán a conocer plenamente.

"En los archivos Departamentales de Haute-Garonne -confirman- figura Paul Jean Lasserre como LITÓGRAFO de profesión. Y en las listas de Reclutamiento cantonal de Toulouse Norte, figura bajo el N° 251 y tiene el N° de Matrícula 1151".

"Lasserre era LINOTIPISTA. De fuente familiar - prosiguen - se conoce que trabajaba en la imprenta "SIRVEN" cuya entrada principal era el 76 de la calle Colombette de Toulouse, a poca distancia de la calle L´industrie donde residía su familia. Dicha Imprenta era muy famosa en aquella época por la calidad de sus trabajos (carteles, libros, etc) y constaba de dos casas. Una en Toulouse y otra en París."

Esto prueba que Gardel no faltó a la verdad, y en este caso avala además, todo lo que, con documentación irrefutable, hemos venido sosteniendo respecto al origen del “cantor argentino nacido en Francia, según su propio Testamento, la Justicia Argentina y Uruguaya, las Autoridades Francesas y la inapelable confirmación de la UNESCO.

Juan Carlos Esteban y José Pedro Aresi

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NOTA: (1) En 1930 Carlos Gardel no ignoraba, de boca de su madre, quien habia sido su padre y su profesión. Convivió en su domicilio con el retrato y no desconocía, sus referencias, por lo menos, sucintamente. De allí la categórica respuesta a Segundo Bresciano.

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