jueves, 27 de diciembre de 2007

GARDEL - Enrique Espina Rawson - Nelson Sica



Última carta enviada por el Presidente del Centro de Estudios Gardelianos:


Buenos Aires, diciembre 19 de 2007


Al Señor Nelson Sica

Me escribe el Sr. Sica Dell Isola. Procuraré responder ordenadamente para comprensión de quien lea estas líneas, ya que no espero hallarla en mi ocasional remitente.

TEMA ADN

Esta tema es tratado con una mezcla de picardía y candor que hace recordar a esos ya casi desaparecidos personajes del Norte argentino que sufrían de bocio por falta de yodo. ¿Será necesario demostrar que quienes tanto han bregado (de pico) para pedir, y exigir el ADN de CG y de su madre son los anti-gardelistas uruguayos?

Ante tanta bravata y clamor y para terminar de una buena vez con el tema, nosotros, desde el CEG, en absoluta soledad y ante el medroso silencio de los que tanto reclamaban (de pico) auspiciamos oportunamente dos juicios para lograrlo.

Tuvimos un éxito relativo, ya que si bien no se accedió al ADN, las razones fueron muy simples: el caso Gardel está cerrado y terminado. Es cosa juzgada. Y si hay quien crea que no es así, que lo demuestre con hechos, no de pico.

Ahora, el Dr. Paysée nos dice que hicimos mal los juicios, para lograr el rechazo de la demanda, que, como cualquiera se da cuenta, era lo que en realidad nos proponíamos. Entusiasmado. el Sr. Sica hace suyo este razonamiento, y nos promete en tono protector y comedido que si esta vez presentamos un nuevo pedido, y lo hacemos bien, ellos nos van a acompañar.

Me reconforta saber que podríamos ser acompañados por las aguerridas huestes de la Academia Uruguaya, pero con todo respeto digo que fueron ellos y no nosotros quienes hicieron toda clase de planteos y gestiones (de pico) por este tema y que la preocupación, en consecuencia, no es nuestra. Me atrevo a sugerir a los honorables Académicos que en lugar de corregir nuestras eventuales demandas (de pico), procedan por las suyas, máxime teniendo a mano al Dr. Paysée, quien no negará el aporte de su sabiduría, honestidad y prudencia.

¿Cómo podrá la Justicia no darles la razón, cuando - según asegura el Sr. Sica- la razón les sobra y los acompañan tan esforzados varones? Confiamos entonces, que en breve plazo, y tal vez en este mismo siglo que recién comienza, la Academia del Tango Uruguaya se presentará a la Justicia para dar feliz término a sus infinitas gestiones (de pico).

TEMA GARDEL

Acá el Sr. Sica apela a dichos, creo que de Julio de Caro, un Sr. Baldasarre y tal vez alguien más, que afirmaban que CG era uruguayo. Nuevamente la fingida ingenuidad. Si vamos a apelar a dichos podría citar, entre otros, a dos compatriotas del Sr. Sica: Razzano José (Pepe, el Oriental) y Leguisamo Ireneo, íntimos entre los más íntimos de Gardel que no decían eso, ciertamente.

Pero como aquí no valen los dichos, le proporcionaré a mi remitente un dato mucho más valioso: el propio Gardel, aunque procuraba evadir el tema, cuando era necesario se manifestaba- sin mucho entusiasmo- uruguayo, lógicamente. De la misma manera, el general San Martín decía ser José Matorras, y tantos personajes de la historia cambiaban sus datos por distintas circunstancias, sin que por eso nadie se dedique a inventar tonterías malintencionadas.

En este caso Gardel dijo eso y lo hizo constar en un mal llamado certificado, precario papel que tenía validez por un año, y que debía ser suplantado por documentación definitiva. Pero lo cierto es que sus dichos no eran ciertos, ni su lugar de nacimiento, ni el año ni tampoco su nombre. Y por eso sus dichos no pudieron ni podrán probarse.

No había nadie en el mundo llamado Carlos Gardel. Pero, y lamentablemente para Vds. y aquí está el pero, también dijo llamarse Charles Romuald Gardes. No sólo lo dijo. Lo escribió en su testamento de puño y letra, y así lo comprobaron posteriormente los Tribunales de las dos márgenes del Plata. De ahí que las comprobaciones de Paysée González a que alude el Sr. Sica no existen más que en sus deseos.

Es decir, también existen en la ficticia vida de los mails, en los libros mentirosos y en las afirmaciones temerarias, pero no en el ámbito de la Justicia, que es la que rige las vidas y circunstancias de las naciones civilizadas y de los individuos que las componen.

Para la Justicia Argentina y para la Justicia Uruguaya, y que se me corrija si estoy equivocado, nuestro Carlos Gardel es Charles Romuald Gardes, hijo de Marie-Berthe Gardes, nacido el 11 de diciembre de 1890 en Toulouse, Francia.

Vivió toda su vida en Buenos Aires, se naturalizó argentino, representó a nuestro país en todo el mundo, compuso “Mi Buenos Aires querido”, ciudad a la que aludió en todas sus películas, y por expresa disposición de su madre, sus restos, junto a los de ella descansan en el Cementerio de la Chacarita que, curiosamente, también está ubicado en la ciudad de Buenos Aires.

Este sepulcro, por gestión nuestra, no del Dr. Paysée ni del Sr. Sica, ha sido declarado Sepulcro Histórico, por decreto del Poder Ejecutivo. Argentino, no uruguayo. ¿Está claro?

ACADEMIA URUGUAYA

Acompaño la carta que enviamos en Mayo del 2006 a esta Academia, y que el Sr. Sica no contestó por considerar que hacíamos un interrogatorio policial, y que no somos quienes, etc. etc.

Que alguien que la lea nos diga si hay en ella algo que pueda considerarse así. Por el contrario, procuramos guardar la más correcta cortesía que, como vimos, no fue correspondida ni con un mero acuse de recibo.

Queda claro, entonces, que no es el tono lo que molesta, sino el fondo. A nuestras preguntas sólo las pueden contestar con el silencio, pues bien saben que no existe ninguna prueba del paso de la madre de Gardel por el Uruguay, por la sencilla razón que jamás estuvo.

Las investigaciones de Juan Carlos Esteban, Monique de Saint-Blancat y Georges Galopa han documentado exhaustivamente estas cuestiones, con documentación fehaciente y verificable. Si así no fuera, que se me corrija.

DR. PAYSEE GONZALEZ

Se agravia el Sr. Sica que me dirija a Paysée González con el simple título de Sr., y que no anteponga ante su augusto nombre el título de Dr. que corresponde a su condición de abogado.

Para demostrarme el agravio que cometo, brinda constancia de los ornatos, lauros y agasajos que circundan a su mentor, y que, desde luego, ni me incumben ni tienen que ver con el tema de Gardel. En su libro, Paysée hace una serie de afirmaciones denigrantes e injuriosas sobre Gardel y su madre, y estas, por si mismas, lo definen mucho mejor que lo que lo yo puedo hacerlo. Si partimos de la sentencia “Quien honra, se honra”, veremos el verdadero valor de quien es capaz de ultrajar la memoria de una anciana fallecida hace muchos años,

Pero tiene razón en este punto mi interlocutor. Abogados hay muchos. Señores menos. De modo tal cada vez que mencione a Paysée González antepondré el Dr. que tanto complace al Presidente de la Academia Uruguaya, que ignora todo sobre Gardel, pero sabe muchísimo sobre el Dr. Paysée González.

Inversamente, y perdón por la inmodestia, sé cuanto puede saberse humanamente sobre Gardel y ni sé ni quiero saber sobre este jurista oriental, que tanto admiran los Académicos uruguayos.

Quédense pues con el Dr. Paysée González, y que les aproveche. Nosotros seguiremos quedándonos con Gardel.

ENRIQUE ESPINA RAWSON

---------------------------------------------------

Hasta aquí la contestación del señor Enrique Espina Rawson, Presidente del Centro de Estudios Gardelianos al señor Nelson Sica.

La primera respuesta que mereció el comentario inicial del señor Sica, ya fue publicada en este espacio, pero no así las correlativas notas escritas por el Presidente de la Academia del Tango de Uruguay, razón por la cual invitamos a nuestros lectores a hacerlo en la página del C.E.G. (http://www.quienesgardel.com.ar/version.html) y una vez ahí , hacer clic en “Respuesta de Enrique Espina Rawson al Dr. Nelson Sica" o bien, si tienen preferencia por los “blogs uruguayistas”, consultar – creemos - cualquiera de ellos o alguno en particular.

Nosotros, tal cual corresponde, nos limitamos a difundir verdades, preferiblemente inéditas, simples, no rebuscadas, pero siempre verdades al fin; rodeadas de pruebas incontrovertibles.

Cumplida nuestra misión, quisiéramos por último, hacer constar el total repudio de LOS AMIGOS DE GARDEL respecto de EDUARDO PAYSÉE GONZÁLEZ, quien no ha tenido nunca reparos en ofender la memorara de doña Berta Gardes, denigrándola como mujer, olvidando que él mismo es el fruto de una semejante, que quizás bajo otras circunstancias también fue una madre merecedora del mayor de los respetos, como la de Carlos Gardel. Pero bueno, puede ser que esto lo entienda mejor un “negao” que un “letrao”.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

GARDEL - Lo bueno, si breve ; dos veces bueno.



La "HISTORIA OFICIAL" hace tiempo llegó a un PUNTO FINAL , claro y preciso, sobre el origen de Gardes - Gardel.

Se ha podido PROBAR DOCUMENTALMENTE, desde el nacimiento del primer ser apellidado Gardes en la historia de Francia, hasta la confesión documental de un Gardes transformado en Gardel, según lo prueba el testamento irrebatible, firmado por el mismo Carlos, en el cual nos deja el legado de su verdadera identidad, también escrito por él de puño y letra. Por favor abstenerse, como ya es costumbre, de hacer comentarios ridículos que no tienen sustento legal, ni real.

Se han satisfecho todas las exigencias de un riguroso examen histórico, y nos hemos preocupado de contestar disparatados dichos y requerimientos de los conocidos fabuladores orientales.

Sin embargo, ellos para intentar disimular sus permanentes invenciones que rayan en la mentira, nunca se muestran satisfechos y siguen pidiendo pruebas, palabra que para ellos no existe, pues jamás aportan alguna o ¿Será que tienen miedo a que nosotros seriamente y en los estrados que corresponden, comencemos a pedirle cuenta de las que nunca existieron y sin embargo ellos siempre mencionan?.

En un año especialmente penoso para sus aspiraciones e inspirados ciertamente por su desesperación, han vertido últimamente en sus escritos, nuevos pedidos de que seamos nosotros los que probemos lo que ellos no pueden desmentir.

Así es que dicen: "No se ha podido probar, en cambio -aseguran en tono triunfal- que las impresiones digitales del niño nacido e Toulouse (sic) ni las del alumno cuya escolaridad esta documentada en Buenos Aires fueron las mismas del detenido en Florencio Varela"; lo cual configura el mayor absurdo que personas que se precian de ser serias pueden cometer.

Claro, chocolate por la noticia. De atenernos a tales rebuscados razonamientos, se podría poner en duda el nacimiento e identidad correlativa, de cualquier ser que haya venido al mundo antes que se pusiera en práctica en los recién nacidos, el descubrimiento de Juan Vucetich. Una verdadera ridiculez.

Pero como no somos egoístas, nos complace explicarle a esos señores que Carlos Romualdo Gardes (Nombre artístico: Carlos Gardel, según sus propias palabras), nació en 1890 y Francia comenzó a usar el sistema de IMPRESIONES DIGITALES en 1917. (Torre y Fenoglio).


Y no podía ser de otra manera visto que “A mediados de 1891, el Jefe de Policía de la Provincia de Buenos Aires, capitán de navío don Guillermo J. Nunes encomienda a JUAN VUCETICH la organización de un servicio de identificación por el sistema antropométrico” .

Además ¿A quien se le podía ocurrir entonces que alguna vez ciertos iluminados pretendieran que ya en 1890 “la France”, aplicara un sistema de impresiones dactilares que no era una norma obligatoria, como lo fue mucho, pero mucho después en recién nacidos y la Argentina en escolares a principio del siglo veinte?

Vucetich implantó en el país, su sistema dactiloscópico en forma experimental, en junio de 1902, SOBRE CADÁVERES, PRESOS COMUNES Y ANARQUISTAS, PERO NUNCA EN EL ALUMNADO. Pero, por si pasa, la Emperatriz de los Blogs y "los Anillos" lo agrega … como al descuido.

Después de mentir descaradamente sobre el pupilato de GARDES en 1904 - en realidad desde su segunda inscripción escolar en 1902, es alumno externo (G. Aballe) - "jibariza" a un grandulón de 21 o 23 años, disfrazándolo frente a la pasividad "policial " y creyendo en la sandez cómplice de sus fieles, como un muchachito adolescente de 14 años.

Mientras tanto, debemos tener en cuenta que con todo su bla, bla, no han podido probar, en forma documental e incontrastable, ni un pomo, de cuanto referido en sus leyendas.

Respecto al escolar indocumentado de la escuelita de Durazno, cuya foto suministró Bertha Gardes, deben entender que es mucho mejor para ellos y su pretendido prestigio, guardar su mención para una mejor ocasión.

Pese a que Avlis y Bayardo mintieron sobre la estadía de Bertha en Uruguay, fijándola en 1880 y 1883 , sus discípulos también fabulan, insistiendo, con la posibilidad extrema que haya viajado después de 1886. A estos historiadores, tres o seis años de diferencia no le hacen mella cuando se trata de intentar precisar lo que no es verídico.

No entienden que no existen rastros de la venida o salida de Bertha Gardes en ningún registro microfilmado en el Ministerio de Relaciones Exteriores -Dirección General para Asuntos Consulares y Vinculación , DGCV8- ni en la Dirección Nacional de Migraciones. (ROU). Tampoco en la Federación de GËNËALOGIË DES PYRËNEËS- ATLANTIQUES (Búsqueda de Antepasados Franceses en Uruguay). Solamente la “nada” , es cuanto puede encontrarse en sus dichos.

Por lo tanto Bertha Gardes nunca estuvo en Uruguay, ni conoció o se hizo cargo de un fantasmita fotografiado en la escuelita del barrio sur, sino de su propio hijo Carlos Gardes, cuyo estudio, oportunamente, el Centro de Estudios Gardelianos dará a conocer.

Eso si, como se trata de celebrar el 28 de diciembre, el día de “Los Santos Inocentes”, proponemos que sea Tacuarembó, el lugar indicado de las ceremonias a llevarse a cabo.

Queridos amigos, al mismo tiempo en que cerramos este año con una limpieza general de fábulas y embustes, les deseamos lo mejor para el que se avecina. “Feliz 2008”.

Enrique Gómez Carletti

miércoles, 19 de diciembre de 2007

GARDEL en el corazón del Río de La Plata


Bajo el título del epígrafe, Rodolfo Omar Zatti lanzó a la consideración pública, un nuevo libro sobre particularidades de la vida de nuestro Zorzal. La presentación de la obra se llevó a cabo el pasado sábado 15 en la Casa de Carlos Gardel, Jean Jaurés 735 y la misma estuvo a cargo del historiador Juan Carlos Esteban, quién expresó su pensamiento, tal cual sigue:

Mi amigo Zatti en un exceso de prudencia prefirió poner a Gardel en el corazón del Río de La Plata.
Pero se me hace que Gardel ES el corazón del Río de La Plata en tanto ambas orillas constituyen una comunidad indivisible, cuyo río nos une en una aventura cultural única y sin matices.
Con Uruguay compartimos casi todo lo que somos. Amamos las mismas cosas con tal intensidad que a veces las disputamos como un patrimonio exclusivo.
Pero no hay que engañarse. El tango, esa música bruja e irrepetible, es también una obra común e inseparable. Autores, músicos, cantores de ambas riberas construyeron esa obra magistral que adquirió estatura universal.
Porque solo las obras colectivas se pueden consagrar como patrimonio permanente y el tango es eso. Todavía los catedráticos y los que no lo son polemizan donde comienzan sus orígenes.
Pero como toda construcción colectiva, es anónima y en ese caso estamos condenados a compartirla.
Gardel lo entendió así. Y actuó en consecuencia. Más, aún en los comienzos del siglo XX cuando todavía no era muy lejana la astucia inglesa que nos dividió políticamente en un acto de torpeza consentida.
Hoy todavía recreamos conflictos donde no los hay que atrasan el sueño de la Patria Grande.
Sin embargo Gardel en aquel Uruguay se sintió tan cómodo como en el abasto. El vapor de la Carrera era el corredor móvil que nos confundía como una sola Ciudad Bs. As. y la vieja Montevideo que canto Borges en un emotivo poema.
Después las pequeñas rencillas futbolera nos hicieron creer que éramos diferentes y este sentimiento creció hasta límites impensados.
Pero eso ya es otra historia. Sin darnos cuenta comenzó una discusión sobre el origen del Mago sin apercibirnos que origen no es nacionalidad. En efecto el primero es un accidente biológico y geográfico. Nacionalidad es un sentimiento común de pertenencia que el tiempo y los actos de los hombres no ha conseguido separar.
Somos como se dice Países hermanos y ciudades gemelas y así lo entendió Gardel y lo arriesga el amigo Zatti.
De modo que en el libro de Omar, Gardel se mueve a sus anchas en ambas orillas y sufriría saber el agravio de una disputa por su pertenencia.
Pero la vida tiene esas cosas. Cuando más tenemos que unirnos frente a un mundo que se globaliza, nosotros nos esforzamos en caminar para atrás.
Sin embargo Zatti se arriesgó en hablar de una realidad que fue virtual: la gran comunidad cultural que nos igualaba.
Y hacia ya hay que llegar hoy a pesar que se han sumado nuevos conflictos.
Yo tengo posición tomada sobre el origen de Gardel, pero trato de explicar y Uds. lo podía percibir que me esfuerzo en licuar las diferencias en un ejercicio de comprensión y de lógica que nos conduce a retomar el diálogo.
Por supuesto que francamente la disputa no es tan sencilla ni fácil de resolver.
No es una cuestión baladí en tanto rescato en él gran parte del fenómeno inmigratorio que puso su sello a la Argentina aluvial y cuánto contribuyó Gardel y los flujos migratorios en la formación de la sociedad fundacional.
Encaré la investigación siempre con el objeto de rescatar en qué medida aportaron las corrientes del ultramar a la constitución del Ser argentino y la fascinante integración de esos componentes – caso Gardel – a nuestra idiosincrasia y nuestra personalidad como país.
Por lo tanto el examen acerca del lugar de nacimiento de Gardel tiene sentido si pasa por exaltar en él a los miles de residentes que desde su impronta de otras geografías se fundieron y contribuyeron decisivamente a modelar una personalidad distintiva.
El pensamiento nacionalista pero más su exageración xenófoba quisieron hacer de Gardel un producto rural y autóctono desde su origen, sin comprender que esa fiebre exacerbada de patria que envolvió a los jóvenes inmigrantes y a sus hijos argentinos se manifestó, superlativamente en su trayectoria artística.
Gardel fue uno de ellos y su criollísmo era el de todos.
La búsqueda de identidad propia de las distintas generaciones que compusieron nuestra sociedad; el poderoso impulso existencial inquiriendo quiénes somos y reclamando para sí una identidad propia, estaba férreamente arraigado en nuestra conciencia de “exiliados”. Eramos portadores del “mal metafísico” en nuestro inconsciente colectivo.
Esas vivencias de la búsqueda inicial de nuestro origen, se fue atemperando y hoy ha desaparecido. Esta resuelto.
Pero a principios del siglo XX se acentuaba la condición “criolla” en afán de mantenernos bien diferenciados de la conducta del inmigrante no asimilado.
Gardel mismo tenía a flor de labio su orgullo criollo y tanto fue su esfuerzo raigal, su aferrarse a la tierra de adopción que sus comienzos curiosamente están ligados al folklore campero que nunca abandonó del todo.
Nada autoriza no obstante a confundir su acendrado espíritu rioplatense con la circunstancia de su nacimiento. Al contrario, su origen y su condición infantil de desarraigo inicial hicieron de él como tantos expatriados, un tenaz arquitecto de su nueva identidad.
Y fue un hombre de la ciudad que lo vió crecer. Su criollísmo estaba emparentado en su niñez con la ciudad – puerto de un inmenso reservorio agropecuario que todavía dictaba la influencia rural hasta en su música, pero que el tango urbano comenzaba a desalojar.
Sin duda Gardel era inequívocamente un producto urbano sin rastros de “sitios rurales” que comenzó a frecuentar recién a partir de su primer gira provincial en 1913.
Buenos Aires estaba en plena elaboración de su expresión musical que al comienzo incluía algunos giros y expresiones indisimuladamente gauchesca – tango criollo – que alternaban con el vocabulario lunfardo que se inventaba apresuradamente el hombre porteño.
Su primer etapa se corresponde con un país rural que comenzaba un lento proceso de industrialización. Gardel expresó esa transición que iba a diferenciar a la ciudad del campo. Es verdad que le cantó al medio rural pero desde su condición urbana y con un acento inconfundiblemente porteño.
En el caso uruguayo se expresa exageradamente el sentido de pertenencia del cantor hasta elevarlo a lo patético, porque la formación de Uruguay como nación fue mucho más contemporánea. Ocurrió como un desgarramiento apresurado de un tronco común, muchos de cuyos componentes, compartimos y aún compartiremos.
La formación de la nacionalidad propia en Uruguay – voluntad absolutamente legítima – debe encontrar sus propios límites, sin caer en lo grotesco. Compartir la misma cultura, no los autoriza a apropiarse afanosamente de los espacios comunes, cuyos orígenes son inexcindibles.
Sin embargo fuimos llevados a una controversia no deseada, pero no por eso menos trascendentes porque, en ciertos sectores, se puso en juego, nó el origen de un artista sino que, subrepticiamente, intentaban acaparar con Gardel, todo un patrimonio compartido y aún más, se estaba exacerbando un malsano sentimiento antagónico y chauvinista.
Y no es cosa menor, porque de no ponerle coto sabemos muy bien, donde puede conducir el nacionalismo llevado a sus extremos.
En la base de la controversia anida un espíritu de diferenciación – genuino cuando se trata de exaltar ciertas particularidades regionales –, pero pernicioso cuando la exageración lleva a antagonismos irreconciliables.
Uruguay tanto como la Argentina se enfrentan a un dilema. Dejaron de ser países viables en el sentido macroeconómico del término. Se impone repensar nuestra soberanía en términos de grandes espacios políticos y económicos; - MERCOSUR o como se quiera llamar – y allí tendremos que tributar o resignar parte de lo que, hasta hoy consideramos intransferibles.
La comunidad europea es un ejemplo. Particularmente Francia y Alemania, desgarrados por lo que Borges, con su lucidez habitual, caracterizó como una verdadera Guerra Civil.
Sin embargo, tras un doloroso derrotero de muerte y atraso, comprendieron que las escalas macroeconómicas ya no transitaban los mismos parámetros estadísticos que, en el pasado, los ufanaba de orgullo nacional independiente.
Nuestra América del Sur fue víctima de una “balcanización” que hoy se muestra en toda su insuficiencia. En el siglo XIX las Provincias del Río de La Plata tuvieron que resignar, tributos, gavelas, moneda, ejércitos, justicia y además símbolos diferenciales, en pos de un nuevo esquema de país, compatible con la economía y la política global de aquel entonces. Hoy nos llegó la hora, nuevamente, de repensar en grande ese viejo sueño sudamericano.
Las escalas económicas vuelven a dictar su lógica de hierro. No hay costo, del Estado, que puedan soportar una economía sin escala, frente a los nuevos espacios que se abren, particularmente en el Asia.
La unidad, la integración, la reasignación de ciertos recursos industriales, la incorporación de otros más sofisticados, tendrán que ser revisados a la luz de una nueva realidad. Tal como se nos planteó al comienzo de nuestra Organización Nacional como Argentina moderna.
A modo de ejemplo ¿es compatible un Uruguay, con la misma población que el Santa Fé industrial, pero con un sobrecosto de Administración, para sostener sus fuerzas armadas o su cuerpo diplomático?
¿Cómo sobrellevar un costo de producción automotriz, si la industria Argentina, apenas produce el 20% de lo que sale de las líneas de producción de las terminales brasileras?
Tendremos que especializarnos en proveer de robótica, electrónica, máquinas – herramientas especializadas e ingeniería de alta complejidad, a cambio de reasignar componentes de producción masiva.
Debemos movernos hacia la parte alta en la cadena de valor.
No es propósito de este ensayo proponer un nuevo esquema geopolítico.
Simplemente ejemplificamos lo torpe y dañino de alimentar ciertos nacionalismos frente a un mundo que disputa cuánto debe ceder y cuánto recibirá en un nuevo damero internacional.
En ese contexto integrador las posiciones que se sostienen, en la vecina orilla sobre el nacimiento de Gardel se enmarcan en ese concepto ya perimido del patrimonio cultural exclusivo y excluyente.
Nosotros entramos en la discusión de ese diferendo con el ánimo más amplio de documentar los orígenes ciertos de Carlos Gardel, para compartirlo.
Y ahora viene Zatti en medio de la tormenta a intentar, tímidamente, el primer libro de reconciliación histórica.
Celebramos en él un sentimiento unitario que seguramente Gardel se lo agradecería y nosotros lo resaltamos por su valentía y honradez intelectual.
Parece que el amor a los burros derriba fronteras y el hermoso tango “Bajo Belgrano” nos reconoce a todos unidos gritando a un jockey que fue símbolo de hermandad.
Gracias Omar por atreverte en medio de la tempestad, a iluminar la insensatez de una confrontación que Gardel hubiera reprobado.


Juan Carlos Esteban

lunes, 17 de diciembre de 2007

TANGO, vigencia y crepúsculo


Juan Carlos Esteban es el arquetipo del porteño que aún añora su barrio natal, Caballito y la calle donde aprendió a dibujar sus primeras gambetas con una pelota, a veces de trapo y otras de goma. Esa calle de su infancia se llama aún hoy Paysandú y en sus ocho letras encierra la fuerte pasión por lo popular, que preside los actos de este amigo.

Esteban, más allá de su labor profesional y empresaria, recorrió el camino de la música de su ciudad, se sumergió en los problemas económicos del país y finalmente lanzó amarras a la vera de la figura de un símbolo netamente argentino: Carlos Gardel, al cual se ha dedicado a exaltar y honrar en busca de revelar su verdadero tránsito por la vida.

Este libro, “Tango, vigencia y crepúsculo” recorre la escenografía donde el tango muestra toda su grandeza y analiza las cosas que le son afines, desde una óptica directa, sin introducirse en recovecos que puedan llamar a engaños.

Así por sus páginas, desfilan temas relativos a nuestra música popular, a su máximo exponente, el Morocho del Abasto y a expresiones que tienen que ver con aspectos vinculados a nuestra historia cultural; todo ello enmarcado en una “interpretación sociológica sobre lo que representó el Tango y Gardel como exponente de una sociedad Argentina en plena formación”.

A través de distintos pasajes, Esteban recuerda a esa generación de inmigrantes de la cual él desciende y pregona el contenido ético del Tango, sin dejar de criticar la exageración xenófoba que resulta dañina a la hora “de alimentar ciertos nacionalismos frente a un mundo que disputa cuánto debe ceder y cuanto recibirá en un nuevo damero internacional”.

Quizás sin proponérselo e incluso negándolo, Juan Carlos Esteban muestra en este su décimo libro, un nuevo esquema geopolítico, partiendo del Tango y recalando en su intérprete máximo.

Por último, vale acotar que “Tango, vigencia y crepúsculo, será presentado primero en la vecina República Oriental del Uruguay y después en Buenos Aires.

martes, 11 de diciembre de 2007

GARDEL: Reaparición del Sr. Nelson Sica y el ADN



¡Qué sorpresa! He aquí al Sr. Sica, a quien lo suponíamos desaparecido en combate, o formando parte de esa realidad virtual en la que se agitan los gardelistas tacuaremboenses.

Hace más de un año mandamos una nota a la denominada Academia del Tango que comanda, planteando algunas cuestiones tales como


si existía alguna evidencia de la estadía de
doña Berta en el Uruguay,
o
si tenían conocimiento de algún registro de entrada
o salida oficial del país de la señora Gardes,
o en fin,
cualquier cosa que se le parezca.


No fuimos acreedores a una respuesta, ni siquiera a un mero acuse de recibo. Pero bueno, apareció y eso es lo importante. Y lo ha hecho para brindarnos un rato de sano esparcimiento y buen humor.

Nos entrega una especie de nota social, glosando la importante reunión llevada a cabo, nada menos que en el mismísimo escritorio del Sr. Paysée González, quien los recibió personalmente.

Releo continuamente la nota enviada por el Sr. Sica. Es envidiable como recrea el ambiente. Casi veo el despacho del Sr. Paysée, y lo imagino casi como el del Sr. Bonavena, de Ezpeleta, Pcia. de Buenos Aires, tan admirado por Borges. La atmósfera umbría, los severos estantes, la lupa al lado del Quijote de bronce con base de ónix y la gastada agenda de plástico símil cuero, perfumado por un no del todo desagradable aroma amargo mezcla de humo de tabaco negro y mate con yuyos digestivos, sin que falte la airosa presencia femenina, representada en esta solemne ocasión por la meritoria Sra. Iñiguez.

¿Puede concebirse algo más divertido que esa cumbre de notables decidiendo seriamente “aceptar la jurisdicción argentina” para el hipotético ADN de Gardel y su madre.? Qué otra jurisdicción podría haber, y quienes creen ser para aceptar o no lo que determine la justicia argentina?. La sola enunciación, unida al tono solemne y pomposo de la nota, produce un efecto humorístico irresistible.



¿Y qué decir de la teoría del veterinario Dr. Bieler que sostiene que el cadáver de Gardel fue cambiado? ¿Cambiado? ¿ Quién y para que alguien haría eso en el año 36? Y si lo hubieran hecho, ¿Por qué deberían alarmarse estos involuntarios humoristas?

Por el contrario, jamás podría el ADN de un extraño coincidir con el doña Berta, lo que, en definitiva, les vendría como anillo al dedo a sus “teorías”.

Y el extraordinario pasaje en el que se alega no haber apoyado el pedido de comparación de ADN de Gardel y su madre hecho por el CEG por falta de una ratificación expresa. Solamente estos personajes pueden suponer - o fingirlo - que una invitación hecha en pleno Congreso, filmada y grabada, escuchada por todos los asistentes y reiterada infinidad de veces en charlas y mails, necesita ser certificada por un escribano, o vaya a saber uno por quien.

Indudablemente, pocas ganas había de que se hiciera ningún análisis, ni de acompañar gestión alguna. Para rematar, este señor P. González afirma que el escrito para solicitar el ADN de CG fue mal hecho a propósito, para lograr así que la justicia deniegue el pedido. Bueno, puede ser...

Pero mejor así, ya que ahora tienen una extraordinaria oportunidad: ¿Qué les impide a estos campeones de la verdad y la moral formular un nuevo pedido, esta vez bien hecho? Pídanlo desde la justicia uruguaya, si les parece mejor, pero hagan algo de una buena vez.

Hace mil años que están cacareando sobre estas cosas, criticando lo que hacen los demás, pero, fuera de autoelogiarse no producen hechos de ninguna índole. Y es una lástima, porque seguramente cuando se conozcan las pruebas que poseen, unidas a la claridad conceptual y de estilo que los caracteriza, la justicia no podrá menos que acceder a la solicitud. Desde ya, y sin ser un profeta, anticipo que no van a hacer absolutamente nada.

Ignoro los eventuales méritos literarios del Sr. PG, y no es tema de mi incumbencia Tengo ante mi vista una fotografía del 17 de agosto de 1935 tomada en el puerto de Montevideo. En ella se ve una comisión de damas uruguayas entregando una placa de homenaje a doña Berta Gardes, y de esta imagen se desprende una indescriptible emoción. Este sentimiento, desde ya, es absolutamente ajeno a las desprejuiciadas personas que han dedicado sus vidas a denigrar a Gardel y a su madre, sin arte ni gracia.

No puedo menos que preguntarme que sentirían esas distinguidas señoras si hubieran llegado a sospechar que esta misma Marie-Berthe Gardes, esta doña Berta tan querida por todos quienes la conocieron y adorada por su hijo Carlos Gardel y a quien ellas homenajeaban con lágrimas en los ojos, iba a recibir, años después, las afrentas de un grupo de sus connacionales, encabezados por este señor PG, a quien hoy homenajean sus compañeros de ruta..

Buenos Aires, diciembre 8 de 2007


Enrique Espina Rawson
Presidente del Centro de Estudios Gardelianos


NOTA: Estas expresiones han sido ya publicadas, en la página Web del Centro de Estudios Gardelianos.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

CARLOS GARDEL ses antécédents francais


“Carlos Gardel a toujours gardé, avec le pays qui l’a vu naitre, ….”


Ya se terminó de imprimir y muy pronto será presentado en Francia, el PRIMER LIBRO BIOGRÁFICO SOBRE GARDEL EN EL IDIOMA DE SU ORIGEN, todo un gran esfuerzo de sus autores y de Editorial Corregidor:


“CARLOS GARDEL ses antécédents francais”

Monique Ruffié - Juan Carlos Esteban y Georges Galopa


Un libro más que enriquece la “Bibliografía documentada" de la vida de nuestro Zorzal.

Recordemos que la verdad está en los documentos, no en las palabras. A éstas se las lleva el viento.